– RITUAL DE INVOCACIÓN A LA ESPERANZA: especial celebración Fiesta Fin de año, Noche Vieja 2007 – Año Nuevo 2008. Tradiciones y Rituales –

Te puedes pintar las uñas de rojo y plateado, alternativamente, con cuidado de que no se descascarillen, y brindar a la pata coja, y recibir el año con un tanga rojo y canela y limones, y una moneda en tu pie u oro en tu copa; e indudablemente comer las doce uvas de la suerte,  las sobrantes de aquella vendimia… Porque de ahí surge esa tradición.  Y si quieres: hacer el ridículo con tus maletas, arrastrándolas pasada la medianoche por la calle. Y sin embargo nada será tan benefactor, ni tan mágico ni te resultará tan sencillo como oficiar el Ritual Sagrado de la Esperanza, para ti o los tuyos.

Todo consiste en el último baño del año: pero a ser posible no enciendas las luces eléctricas de la casa. Sírvete de la emoción  íntima y crepitante  de una vela. Límpiate  de todo lo sucedido en ese baño. Perfúmate con lo bello que hubo (y sírvete, si gustas, de aromáticas esencias florales o pétalos, que te transporten desde el olfato a algún inextinguido vergel), que existió, eso no lo olvides. De hecho no debes olvidar nada, sólo el dolor, sólo la putrefacción del dolor. Debes dejarlo atrás y que sea arrastrado por la energía purificadora del Agua. Déjalo ir todo por el desagüe y Sonríe. Sonríe como si te hubieras librado de ello, de todo lo que no quisiste, lo provocaras y fueras partícipe en ello o no. Porque no debes esclavizarte bajo ningún concepto al rencor ni a la Culpa. Despójate de esos inservibles lastres. Predisponte a sentirte libre y a la pequeña Felicidad.

Entonces busca el Espejo. Si la estancia ha sido debidamente caldeada su superficie se habrá convertido en un lienzo donde poder plasmar la Ilusión… No interpretes, de todas formas, si es que la estancia  del baño se haya sumida ahora en la oscuridad, eso, como un negro augurio. Imagina entonces que nacer es nacer a la Luz y que tú, como todos nosotros, te gestaste en la oscuridad del pensamiento. Nadie sabe por qué tú, y probablemente nadie lo sabrá jamás, pero surgiste como Vida y te integraste al flujo de la corriente de la Vida. Llora si quieres, si sientes esa respetable necesidad. Llora tu renacimiento o tu infantil desamparo, con la consciencia de saberlo, si aún recuerdas cómo hacerlo: eres todas tus Edades. Eres todo lo que has sido y serás.

 

Te contaré una historia. Era un día Festivo en mi vida. Y quise festejarlo con unos amigos… Él había sido desahuciado. Era un hogar roto. La adolescente recibió un regalo especial, mío. Algo efímero de lo que me costó desprenderme pero que exigía, como si hubiera sido una reliquia  hallada en tierras santas, religiosidad. Hay que ser religiosa con la gratitud. Recuerdo que ella venía de la playa: la arena, el calor, el verano. Lo mucho que pensé que debió de costarle a ella desenredarse las zataras de su precioso cabello ondulado… Me asomé a esa puerta y vi el espejo. El vaho era tentador y sentí la necesidad de llamar a la fe del hombre que había sido desahuciado. Era el siguiente en el turno de aseo, era un mensaje en exclusiva para él. ¡Ten esperanza! -le escribí con el lápiz simbólico de la resbaladiza pátina de mi  Índice. Pero no fue él quien lo vio. Fue la adolescente que llegó corriendo a la cocina y preguntó quién lo había escrito… Su rostro estaba dichoso o lucía secretamente iluminado por alguna ignota concepción.  Y lo cierto es que hoy su hogar no es ningún hogar roto; el hombre desahuciado sostuvo una llamita de  esperanza… Comprendió. Y la madre aprobó su reválida de maternidad. Mientras que el niño… el niño pequeño de la casa… ofició una boda aquella tarde. Y nos hace felices a todos los habitantes que gozamos de las dulzuras de su cálida amistad y del cariño de él.

Sucedieron después de aquello »cosas mágicas» que me Encantaron. Llegaron comunicados a través de los sueños de la adolescente. Y me los contaba… Soñaba y soñaba, durante sus sueños, con estancias en lugares desconocidos y maravillosos, y en todas esas estancias había un espejo; y en todos los espejos se leía el mismo mensaje: ¡Ten esperanza!. Así es como mi aliento penetró en su psique. Así es como su psique me retornaba el aliento en un amable feedback. Y yo también podía recibir el mensaje que había transmitido desde lo mejor de mí: el deseo de mi corazón.

 * Es importante no dejarse arrastrar por absurdas manías de limpieza y permitir que el espejo nos muestre su mensaje secreto tantas veces como lo logre, en los días consecutivos. Y entonces si nos acostumbramos a él, si agradecemos su presencia en nuestro instante de aseo…  renovarlo fervientemente. Lo importante es recibir ese comunicado. La escenificación del ritual… la considero bastante accesoria. Aquel  primer día fue una inspiración. Luego, como todo, los rituales también se perfeccionan.